viernes, 8 de marzo de 2013

Decisiones Importantes

Palenque 07-11 Febrero 2013

Ya levantado desde muy temprano y con el equipaje preparado, es hora de dirigirse hacia la central para tomar el autobús de las 7:00 horas que me lleve a Palenque, donde además me reuniré con Dominic y Pedro.

Debido a que el viaje en el bus tomaría cinco horas, aproveché el tiempo para desayunar algo así como también ir avanzando en las crónicas retrasadas. Durante el camino, era sorprendente ver a través de la ventana el increíble paisaje que me otorgaba la naturaleza en su momento, un poco similar a lo que es la zona del Espinazo del Diablo. Sin darme cuenta, cerré un poco los ojos hasta que llegué a quedarme dormido.

La siguiente ocasión en que me desperté, vi que el autobús estaba ya parado y le pregunte a una chica española si ya habíamos llegado a Palenque, a lo cual me respondió con un sí pero de manera no tan segura.  Una vez con la bici bien armada, le pedí de favor a una señorita de información turística que me indicara donde se encontraba el zócalo, ya que ahí sería el punto de reunión con mis dos amigos. En ese lapso de cinco minutos para llegar a la plaza, un inconsciente detuvo su vehículo y  el copiloto repentinamente abrió su puerta, si no hubiera sido por esa fracción de segundo en la que reaccioné, seguramente habría salido volando. Ya en la plaza, vi a Dominic y a Pedro esperando por mi, era curioso que después de bastante tiempo nos volveríamos a encontrar y listos para la aventura.

Como ya era un poco más de medio día, nos dirigimos de inmediato a la zona arqueológica de Palenque, ya que únicamente tendríamos unas horas para visitarlo antes de su cierre. Un poco antes de llegar a la ruinas, se decidió para en un lugar llamada Mayan Bell para poder dejas nuestro equipaje y reservar un espacio para acampar en la noche por un costo de $60 pesos. Para entrar a la zona arqueológica, es necesario cubrir el acceso de $27 pesos, más $57 pesos de entrada si no se cuenta con credencial de estudiante ( los domingos son gratis para todos los nacionales presentando el I.F.E.)

Palenque es una ciudad maya asombrosa con diversas edificaciones que preservan su rica historia de cientos de años a través de sus muros, escalones, y mismo aire que se respira alrededor de este recinto. Para nuestra mala suerte, no pudimos visitar la otra mitad de la zona, ya que el personal del lugar no echó debido a que era hora de cerrar el complejo. Pienso que nos dejamos maravillar demasiado fácil que perdimos en cierto momento la noción del tiempo.








Pedro y Dominic en Palenque

Luego de estar un poco molestos y desilusionados de no haber podido ver el resto de Palenque, nos dirigimos al lugar donde acamparíamos para armar nuestras tiendas y tomar un baño algo helado en la alberca. Allí, los muchachos me dieron un sin fin de recomendaciones sobre su basta experiencia obtenida en este larguísimo viaje, y me mostraron lo grandioso que sería el resto de la aventura ahora estando el grupo conformado por tres integrantes. Realmente ya no tendría que viajar solo ni preocuparme demasiado por algún incidente en el camino pero...

Después de haber pasado una noche donde se oía música en vivo, una serie de personas hablando entre si, y el sonido de un jaguar a unos kilómetros de la selva (aunque luego me enteré que se trataba de un mono saraguato), además de tener un remordimiento en la cabeza que no me dejó dormir por completo, era tiempo de levantarse muy temprano para comenzar a empezar y partir al próximo destino.

Durante el transcurso del camino sobre la carretera, me vinieron un sin fin de pensamientos acerca de lo maravilloso y sorprendente que ha sido Chiapas, y lo mucho que me faltaba por ver y conocer todavía. Fue ahí cuando me dí cuenta que no estaba listo para abandonar este lugar, y que si no tomaba una decisión rápida, me arrepentiría por el resto de mi vida. Recorridos alrededor de 27 kilómetros de distancia a las afueras del poblado de Palenque, tomamos un pequeño descanso en una gasolinera de PEMEX, lugar donde también me despediría por última vez de Dominic y Pedro. Fue una decisión difícil pero a la vez se que fue certera, ya que mi propósito es permanecer el tiempo suficiente para conocer bien el lugar al que visito. Espero volver a encontrarme nuevamente con ellos en el futuro no muy lejano. Les deseo lo mejor amigos!!

Para regresar a Palenque, tomé una de las combís que me llevara de manera rápida y segura, ahí esperaría a mi anfitrión Claudia de Couchsurfing a la cual había contactado previamente. Claudia es una chica que vive en una comunidad de Nueva Palestina, donde trabaja como maestra de inglés en una universidad indígena. Por suerte mía, ella se encontraba de regreso a Palenque el fin de semana.

Ya en la plaza principal, me recibió con una gran sonrisa y caminamos hasta su casa, posteriormente me presentó a su madre Alicia y a su padre Ramón que me dieron una cálida bienvenida e inmediatamente me hicieron sentir como en casa. El plan para esa tarde era ir a la plaza principal para caminar y ver un poco la ciudad, solo que luego de haber comido y tomado una ducha, no esperaba caer de manera súbita en la cama y despertar hasta el siguiente día.

Una vez ya despierto, bien reposado, y luego de haber tenido un exquisito desayuno, Claudia ya tenía arreglado ir en compañía de su tía, madre y un muchacho alemán llamado Julian, es un hermoso paraíso llamado Roberto Barrios, el cual se encuentra a una media hora al sur de Palenque en auto, es muy parecido a Agua Azul, solamente que es un sitio virgen y todavía se mantiene a salvo del ser más peligroso en este mundo, osea el hombre, no hay un sin fin de vendedores ni turistas a los alrededores. Realmente tomé la decisión correcta el quedarme unos días más. Posteriormente hicimos una pequeña parada a Welib Ha donde uno puede ir de día de campo, nadar y aventarse de una tirolesa  solamente permanecimos muy poco tiempo.

 Roberto Barrios









 Welib Ha



El resto del día fue de relax y atrayente, estuvimos en la plaza principal viendo y escuchando un poco del folclor tradicional del estado y un poco del norte del país. Al final, estuvimos cenando en compañía de la familia de Claudia en un lugar con un ambiente medio hippie pero muy entretenido, donde se podía escuchar a un grupo tocar la hora de salsa y para último ver un espectáculo de fuego.


El domingo lo aproveché para visitar el museo de Palenque (muy atractivo por cierto y que no pueden dejar de visitarlo) junto a Julian en bicicleta, así como también tener mi revancha y ver lo restante de la zona arqueológica.






 Segunda Parte de Palenque




Durante la noche mientras caminábamos por la ciudad, nos encontramos entre la plaza y la iglesia a Jesús Márquez, un aventurero que viaja en bicicleta desde su ciudad natal de Tijuana con destino a Mérida, y que en noviembre del año pasado estuvo por el puerto de Mazatlán. Nos contó algunas de sus experiencias personales que ha vivido en el transcurso de su trayecto y su razón por la cual hace este viaje. Ciertamente es de sorprenderse la fuerza y el espíritu de este aventurero! Grande Jorge!!


Jorge Márquez

Julian, Claudia y Yo



No hay comentarios:

Publicar un comentario